EL MUNDO DE LOS PUENTES EN EL SIGLO XIX


 

Los puentes españoles del siglo XIX son consecuencia directa de los diseñados en los países de nuestro entorno. Muchos de ellos fueron proyectados y construidos por ingenieros y compañías extranjeras. Los diferentes materiales y estructuras que vieron la luz en este siglo llegaron a España con más o menos retraso, especialmente de Francia. Por ello, es conveniente empezar su estudio con un breve apunte sobre los puentes en el mundo durante este siglo, especialmente de Europa. No se trata de hacer su historia, sino de introducir algunas de sus características más fundamentales.

 El siglo XIX se puede considerar el más brillante de la historia del puente, porque en él se inició la inmensa mayoría de las técnicas de los puentes modernos, tanto de materiales como de estructuras. El primero metálico se construyó a finales del siglo XVIII, pero su desarrollo se produjo durante el siglo XIX. Los primeros puentes se hicieron de hierro fundido, y la mayoría de ellos fueron puentes arco. A mediados del siglo XIX se pasó al hierro laminado. Un cuarto de siglo más tarde, en 1874, se evolucionó al acero laminado, lo que permitió hacerlos más ligeros por la mayor calidad del nuevo material. La segunda mitad del siglo XIX es la gran época de los puentes viga metálicos en celosía y triangulados, cuyo desarrollo se debe en gran parte a las líneas de ferrocarril que, con un trazado más exigente que el de las carreteras de su misma época, requerían grandes puentes y viaductos.

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