LOS PUENTES METÁLICOS




 Los arcos metálicos de fundición comenzaron a construirse en Gran Bretaña a finales del siglo XVIII. A principios del XIX ya se habían extendido por Europa, aunque el número de realizaciones en los principios del siglo no fue grande. Estos puentes tardaron tiempo en llegar a España y son pocas las realizaciones de este tipo. 

El más importante es el de Triana en Sevilla (fig. 10.2), un puente con tres arcos de fundición terminado en 1852. Los arcos metálicos, tanto de fundición como de hierro o acero laminado, se utilizaron poco en España. La solución que más se generalizó en nuestro país fue la de arcos superiores o bow-string, triangulando el enlace arco-tablero, lo que los convierte en una solución intermedia entre un arco superior y una viga de canto fuertemente variable. Bow-string significa ‘arco-cuerda’, es decir, se trata de un arco atirantado por el propio tablero, lo que elimina los empujes horizontales en los apoyos.

 Con esta solución se sustituyeron muchos puentes colgantes. Los puentes viga metálicos se iniciaron también en Gran Bretaña a finales del siglo XVIII, pero su desarrollo es más tardío que el de los arcos, porque se produjo a finales de la primera mitad del XIX. Sin embargo, en España se empezaron a utilizar a mediados de la centuria, poco después de su desarrollo en Europa y Estados Unidos.

 Llegaron a España con los primeros ferrocarriles. El primero se construyó en la línea Barcelona-Mataró sobre el río Besós, con cinco vanos de una luz de 28 m61. Se terminó en 1850, incluso antes que el puente de Triana. Los puentes viga metálicos, sean en celosía, triangulados o de alma llena, se desarrollaron en España durante la segunda mitad del siglo XIX, especialmente para el ferrocarril (son mayoría), aunque también se utilizaron en puentes de carretera.

Comentarios

  1. me gusto como tambien agrego otros tipos de puentes como de piedra y madera como antecedentes historicos

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